La versatilidad de Togashi para cautivar con esta, una de sus obras magnas, es tal que queda manifiesta en esos diferentes arcos argumentales. Desde la clásica etapa de exámenes y graduaciones típica de tantos mangas shonen (incluso en la actualidad), pasando por la absoluta turbiedad y siniestro ambiente en torno al Gen’ei Ryodan, o el mundo de juegos y acertijos que presenta Greed Island. Nada deja de sorprender a lo largo de la historia y es notable cómo el autor se reinventa una y otra vez.